Saltó la semana pasada la noticia, en numerosos medios de comunicación de todo el mundo, de cinco nuevos suicidios en la empresa France Télékom. Sí, nuevos. Y es que, en lo que va de año, se han suicidado nada menos que 23 trabajadores de esta multinacional francesa (25 el año anterior). ¿Dónde está el problema?
Los sindicatos se quejan de las condiciones laborales estresantes de los trabajadores de la Compañía. En España existe una Ley de Conciliación de la Vida Laboral y Familiar del año 1999, y, aunque no estudié legislación francesa, he de suponer que en Francia también debe haber alguna Ley relacionada o que haga mención a este apartado del Derecho del Trabajo.
Siempre se ha dicho: “yo quiero trabajar para vivir. No, vivir para trabajar”. El trabajo debe ser considerado como un medio para la calidad y estabilidad en la vida. No una finalidad. Es cierto que hay profesiones más exigentes que otras y siempre las habrá, pero dentro de cada una de ellas se debería establecer un límite para que, no ya situaciones extremas como la de los suicidios, que obviamente también, los trabajadores de las distintas empresas no sufran depresiones, estén descontentos con el trabajo y, en último llegar, lleguen a pensar en quitarse la vida.
¿Cómo pensáis que puede solucionarse el problema de France Télékom? ¿Qué creéis que es necesario para establecer un buen ambiente de trabajo y para tener a los trabajadores contentos?
Existen numerosas medidas para la conciliación entre el trabajo y la familia. Por ejemplo: establecer permisos retribuidos, 1 hora de ausencia en el trabajo cada día por lactancia de un hijo menor de 9 meses, suspender el contrato de trabajo por maternidad o riesgo durante el embarazo, exdencia por cuidado de familiares, entre otras muchas y variadas medidas que se pueden adoptar para hacer más cómoda la vida de los trabajadores en determinadas situaciones.
Se puede apreciar que la mayoría de las medidas están destinadas a las mujeres (sólo hay que otear un poco la Ley para darse cuenta). Ello es debido a que tradicionalmente éstas son las que se encargaban de los temas domésticos y familiares (y siguen siendo, de momento, las que dan a luz). Tras irrumpir en el mercado laboral en las últimas décadas, las mujeres, y, el hombre, seguir ayudando poco en tareas del hogar limitándose a “llevar el pan a casa”, se debe facilitar, mediante las leyes, que la simbiosis entre trabajo-descanso-familia sean cada vez más reales, factibles y efectivas por parte tanto del hombre como de la mujer. Por todo lo cual, sólo cabe hacerse una pregunta: ¿Cuáles serán las medidas del futuro si las actuales, en ocasiones, parecen insuficientes?
La respuesta sólo la tiene él, el de siempre, el tiempo.
Practica tu Derecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario