No quieren un Senado. Dicen que no hace falta. No quieren corrupción en la política. No quieren financiación pública de los partidos políticos. No quieren imputados en las listas electorales. No quieren que su voto valga menos que el de otros ciudadanos del mismo país. No quieren Bipartidismo.
Sin embargo, quieren la independencia total de la justicia respecto del poder político, un Tribunal Constitucional apolitizado. Quieren la reforma de la Ley Electoral. Quieren la supresión de privilegios injustificados de los cargos políticos. La supresión de sus sueldos vitalicios. Quieren que las rentas más bajas paguen menos impuestos y, las rentas más altas, paguen más. Quieren una democracia plural, real como lo llaman.
Si queréis saber qué más inquieta a esta #Spanishrevolution, como la llaman ya los medios internacionales, aquí podéis ver el manifiesto de Democracia Real Ya, y su web.
¿A qué os suenan todas estas propuestas? ¿Estáis de acuerdo con ellas? ¿Creéis que realmente servirá de algo? ¿Estáis de acampada? ¿Os da indiferencia todo esto?
Al ser jornada de reflexión, reflexionaré.
Y lo hago, porque así me lo permite el Estado de Derecho en el que vivo mediante la libertad de expresión que recoge la Constitución.
Me resulta increíble ver cómo el pueblo se echa a la calle para luchar y pelear por sus derechos y contra la política de hoy día. Que todo lo quiere y, que todo lo abarca. Chapó. Ya era hora despertar del letargo donde parecía que la sociedad estaba escondida.
Pero aún así, más increíble me parece (y no sé por qué aún me sorprende) la reacción de ambos partidos políticos mayoritarios en España. Desde la manifestación del pasado 15 de mayo, lo único que han sido capaces de hacer, tanto PP como PSOE, y es MUY triste, es lo de siempre. Echarse la culpa los unos a los otros pugnando por descifrar: ¿De quién es la culpa? Y, sin darse verdaderamente cuenta, por egoístas o por egocéntricos o, por las dos cosas, de lo que realmente está sucediendo. De que realmente, tienen al pueblo en la calle, durante una semana entera sin visos de desalojar sus intenciones movilizatorias. No son capaces de mirar más allá del rival, ¿por qué?
Pues, la respuesta es muy sencilla, porque no miran al ciudadano. Sólo buscan sus intereses particulares y familiares. Sólo buscan enriquecimiento, honor y reconocimiento. Sólo quieren tu voto para su tejado. Para su comfort. Para vivir como reyes, a costa del resto de los mortales. Sólo desean que acudas a votar, no para ejercer tu derecho al sufragio activo, derecho fundamental de la persona que recoge la Constitución Española, sino para que ellos ganen. Para derrotar al otro. Para, durante cuatro años más, seguir viviendo. Para que sigan quejándose y echándose la culpa con el de enfrente y sin mirar, realmente, lo que importa: las personas.
Para muestra, un botón. Intereconomía. Programa de ayer, viernes 20 de mayo. Imágenes en las que se ve a una política diciendo que esto es culpa del otro partido. O, la reportera de turno que saca a entrevistar a tres "yonquies" para dar la imagen de que esto lo secunda el otro partido para conseguir votos. También están los contrarios, que esto es culpa del otro. Es decir, ni con éstas escarmientan. Siguen igual que ayer e igual que mañana. Ni con éstas tratan de pensar, ¿por qué los ciudadanos se echan a la calle? ¿Qué querrán?
O el alcaldable que escuché el otro día en la radio. Cuando le preguntaron, cuál era su programa electoral para la ciudad, contestó: "No tengo". Ante la sorpresa y el desconcierto de la entrevistadora, matizó: "Mi partido quiere abolir la corrupción del ayuntamiento". Punto. ¿Y los hospitales, los parques, los centros sociales, las ayudas, la educación, la economía, el empleo?...
Triste.
Y es que les da igual. ¿Cambiar la Ley Electoral? ¿Para qué? ¿Para perder representatividad en las próximas elecciones y con ello dinero? ¿Independizar el poder judicial del político? ¿Cómo? ¿Qué vamos a dejar de controlar otro poder estatal? ¿Despolitizar las cajas de ahorro? ¿Para que se nos escape otra?
Esta Spanish Revolution. Esta Acampada Sol. Esta "Nonosrepresentan" o esta "Democracia Real Ya" pueden suponer un cambio. Se dice que la democracia es el sistema "menos malo" de los sistemas. Pero no por ello, deja de tener su cojera en algunos aspectos. Parece ser que, últimamente, la cojera es irremediable y el sistema carece de recursos para salir adelante.
Esta, no nos equivoquemos, no es una crisis económica mundial. Es mucho peor. Es una crisis de identidad. Es una crisis de valores, de ética, de educación, de dinero, de falta de respeto, de no escuchar al otro, de buscar el fin a costa de los medios, es una crisis como ninguna otra.
Y esto, amigos, sólo se cambia desde los cimientos. Y los cimientos, somos nosotros.